Info – Consejos: Quiero adoptar un nuevo gato: ¿qué debería tener en cuenta?

A la hora de acoger un nuevo gato en el domicilio debemos valorar  si será un gatito cachorro (de máximo de dos meses de edad) o de un gato adulto (para la cuestión que nos ocupa nos referiremos a gato “adulto” a los que sean mayores de 2 meses de edad).  El proceso puede ser muy rápido si se trata de introducir un cachorro o muy lento, incluso imposible, en el segundo caso.

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Autor Javier Feliu

C.V. Espai Veterinari (Viladecans)

A diferencia de los perros, si tenemos un gato macho adulto es mejor siempre escoger un cachorro también macho. Si es una hembra, pues escogeremos una hembra (aunque esta regla general tiene excepciones en caso de que en la casa ya viva con nosotros una hembra poco sociable). Esto es así porque entre gatos no hay una relación social como en los perros, y al ser del mismo sexo, en la edad adulta el peso y tamaño serán semejantes de forma que evitaremos que ninguno de los dos abuse del otro en interacciones de juego.

Si debemos juntar dos gatos adultos, la norma no es siempre la misma. Debemos tener presente la socialización de nuestro primer gato. Si es un gato que ya ha convivido con otros gatos todo va a ser más fácil. Si no es así, si nunca ha estado con otros de su especie, seguramente todo sea más complicado. Y dejamos para otro artículo porque sería demasiado extenso, los gatos que han sido criado a biberón o separados de la madre antes de las 5 semanas sin contactos con otros de su especie.

Por experiencia, las hembras son más difíciles que los machos castrados a la hora de introducir un adulto.  Pero un macho sin castrar es por regla general más agresivo con la introducción de otro gato.

Si tenemos un gato macho o una hembra sociable, lo ideal es adoptar un ejemplar del mismo sexo preferiblemente cachorro, de unos dos meses.

Sería:

  • Macho adulto sociable con otro macho cachorro.
  • Hembra adulta sociable con otra hembra cachorra.
  • Macho adulto con otro macho adulto.
  • Hembra adulta con otra hembra adulta.

El motivo de este tipo de consejos es porque el tamaño será parecido en la edad adulta y así ninguno pueda “abusar del otro” durante los juegos.

  1. Espacio para el cachorro donde el otro no pueda entrar. Así se impregna de olores del hogar.
  2. Presentación del peque en un transportín o jaula a los pocos días para que lo vea y huela el otro. Si reacciona bien, ya podemos soltar al peque.
  3. Si se bufa, gruñe, pero se va, podemos soltar vigilando que el residente esté en un sitio alto. Observar la evolución. Es muy raro que un gato adulto provoque heridas en un cachorro. Le puede bufar o pegar, pero sin provocar heridas.
  4. Las zonas altas donde está el gato residente no deben ser accesibles para el cachorro.
  5. En pocos días deberíamos ver que empiezan a jugar juntos.
  6. Mantener aún la zona de dormir del gato residente sin acceso para el cachorro. Al menos hasta que veamos que juegan y se acicalan mutuamente.

Si tenemos un macho o una hembra poco sociables, lo ideal sigue siendo un cachorro de gato de 2 meses. Eso sí, la forma de presentarlos será diferente. Lo veremos más adelante y podría pasar que no fuera posible la convivencia.

  • Macho adulto poco sociable con un cachorro macho.
  • Hembra adulta poco sociable con hembra cachorra.
  • Macho adulto poco sociable con otro macho adulto muy sociable y tranquilo.
  • Hembra adulta poco sociable con un macho adulto muy sociable y tranquilo

En muchas ocasiones el motivo de que los gatos no se lleven bien es por los intentos de juego de uno de los dos. Si además uno de los gatos no es sociable, esos intentos de contactos o juegos les asustan. Un gato que se asusta muy a menudo se pone agresivo. Por ello al juntar gatos adultos, es importante que sean tranquilos para dar tiempo al otro gato en la nueva relación.

  1. Espacio para el cachorro donde el otro no pueda entrar. Así se impregna de olores del hogar.
  2. Cambiar los gatos de zona de forma que puedan ir reconociendo el olor del otro individuo.
  3. Permitir que puedan verse pero sin hacerse daño, por ejemplo a través de un cristal, o que puedan verse y olerse (red, jaula…).
  4. Situarlos en la misma zona tranquilos (podemos utilizar un arnés para ambos o para el que nos parece podría atacar).
  5. Situarlos en la misma zona y uno de ellos en movimiento (juego), luego invertir los papeles.
  6. Deberían ya aceptarse y poder estar libres.

  • No forzar nunca los contactos.
  • No coger a ninguno de ellos en brazos en las presentaciones, nos pueden dañar a nosotros sin querer.
  • Intentar evitar al máximo las peleas. Cuantas más veces se pelean más agresivos o asustados estarán y más costará.
  • Jamás reñir a ninguno de los dos, nos pueden coger miedo y atacarnos por esa razón.
  • En todo este proceso nos pueden ayudar las feromonas aplicadas en difusor unos días antes de la introducción del nuevo felino. Pueden ayudar a relajar el ambiente y crear un mejor clima en las interacciones. Consulta a tu veterinario.
  • Hay casos que evolucionan muy lentamente, tener paciencia antes de pensar en adoptar otro gato, si tenemos dudas consultar con el veterinario.