Info – Consejos: ¿Qué hace falta saber sobre la artrosis?

Según los expertos de la University of Pennsylvania School of Veterinary Medicine, un 60% de los perros de más de 7 años sufren artrosis.

Es por este motivo que hemos creado esta entrada en nuestra sección de Información y Consejos, donde pretendemos responder a las preguntas más habituales que nos soléis hacer en la consulta cuando la diagnosticamos.

La superficie de las articulaciones está cubierta por un tejido llamado cartílago. Éste, impide que los huesos próximos a las articulaciones rocen y se desgasten con el movimiento. Cuando este cartílago va desapareciendo y además aparezcan ciertas proliferaciones en los huesos (conocidas como “osteofitos”), luego hablamos que nuestro perro tiene artrosis.

Este desgaste puede aparecer a cualquiera de las articulaciones del cuerpo y de la columna vertebral. Cuando una de estas articulaciones está afectada por la artrosis, pierde elasticidad y provoca un dolor intenso que impide que el animal se mueva con normalidad.

Existe un tipo de artrosis primaria, que es producto del desgaste que sufre la articulación a medida que transcurren los años, es decir, en perros de edad avanzada. Hay otra, la secundaria, que es consecuencia de una malformación genética, como suele pasar con la conocida displasia de cadera o de codo, o también causada por un golpe. Así pues, esta artrosis secundaria puede aparecer a cualquier edad.

Frecuentemente no se suele comentar por parte de los propietarios ya que no se suele estar familiarizado con los signos. A diferencia de las personas que solemos comunicar y exteriorizar el dolor, los perros raramente lo vocalizan y sólo lo hacen en casos de dolor muy agudo.

Los signos de malestar crónico suelen ser sutiles y aparecen de forma gradual.

Un perro que tiene dolor crónico:

  • suele andar más despacio.
  • cuando pueda, se tumba.
  • si tiene que correr no lo hace tan rápidamente o no recorre tanta distancia.
  • suele estar ligeramente más rígido después de estar tumbado y se suele tomar más tiempo para levantarse especialmente cuando hace frío.
  • puede tener pequeños cambios de humor, dormir más o rechazar formar parte de juegos que antes solía hacer.

La enfermedad suele empezar a nivel de cadera, rodillas y hombros. Cuando el perro sienta dolor en estas zonas evitará apoyarse de aquella pata y puede tener alguna cojera localizada. Además, si el dolor está localizado puede tener alguna muestra de agresividad.

Lo primero que se deberá hacer es una correcta exploración por parte del profesional veterinario. A veces puede ser necesaria alguna prueba diagnóstica de imagen (radiografía).

Una forma fácil de confirmarlo es haciendo una tanda de medicación para el dolor. Hablad con vuestro veterinario para determinar la mejor pauta y control, anotando los cambios producidos y los cambios de comportamiento. A veces el hacerlo queda en evidencia el malestar que tiene el animal y que no es detectado por el propietario.

La artrosis es una enfermedad degenerativa, inflamatoria, crónica, que afecta a las articulaciones. La artrosis provoca la pérdida del cartílago y que los huesos se rocen y se vayan desgastando.

La artritis es una enfermedad inflamatoria crónica pero que afecta a varias articulaciones. La artritis afecta a la membrana sinovial, la capa que recubre toda la articulación.

La sintomatología es diferente y será vuestro veterinario clínico que os indicará qué proceso afecta a la mascota y la mejor forma de actuación en cada caso.