Básicamente, hay dos tipos de fracturas dentales: las que afectan al canal pulpar y las que no.

Ambas producen mucho dolor y debemos tratarlas. Además, predisponen a infecciones y abscesos de la raíz dental.

Sabemos que los perros no manifiestan el dolor dental i lo sufren “en silencio”.

En muchos casos la fractura se encuentra en la muela carnicera y termina provocando un absceso que perfora la piel y drena por debajo del ojo.

En caso que la fractura afecte al canal, será necesario hacer una pulpectomía o extraer la pieza dental. Si el canal no está afectado, se hace un sellado de esmalte.